Llevo muchos días sin poder salir de casa. A mi gran amor
sólo lo puedo ver en la escuela. Ya estoy harta. Alejandro me ha invitado muchas
veces a salir, pero como estoy castigada, le he inventado muchísimos pretextos:
tengo clases de piano, clases de natación, saldré con mi madre de compras, se murió el perrito de mi prima, ya
no sé que decirle. Me han dado muchas ganas de escaparme.
Mi padre, creo que ni enterado está de lo que esta
sucediendo conmigo. A él casi no lo veo, si acaso algunas veces en la cena, y
eso es muy raro. Según mi mamá él es un hombre muy ocupado, lleno de trabajo y
sin tiempo para estar aguantando mis caprichitos. A veces lo extraño. Hay veces
que quisiera que todo fuera como antes. Aún recuerdo cuando muy seguido nos
íbamos todos de vacaciones a la playa, a la casa de Cuernavaca, o a visitar a los
abuelos, y todo para mi era fabuloso, perfecto. Mi madre y mi padre eran tan
lindos conmigo. Hoy en día ya ni siquiera se como es él (me refiero a su
forma de ser).
Todo esté tiempo encerrada en mi casa me ha servido de
mucho. He reflexionado y me he dado cuenta de lo mal que ha sido mi actitud
durante todo este tiempo. Ahora, criticando a mi madre por como menosprecia a
la gente pobre, me ha hecho ver que esta muy mal y que lo he estado yo también. Ella
siempre me inculco sus pensamientos y hemos estado equivocadas durante mucho
tiempo.
Por no tener dinero, ropa de marca, autos de lujo, grandes y preciosas casas, joyas caras, no los hace para nada diferente a nosotros. Creó que sentimental y emocionalmente son mejores que nosotros. He tenido contacto con la gente de la servidumbre, ¡son tan buena gente!, Cuando me aburro me voy con ellos y me cuentan todas sus “pato aventuras”, así es como le llaman a sus historias. ¿Acaso todos serán igual de humildes y generosos?
Por no tener dinero, ropa de marca, autos de lujo, grandes y preciosas casas, joyas caras, no los hace para nada diferente a nosotros. Creó que sentimental y emocionalmente son mejores que nosotros. He tenido contacto con la gente de la servidumbre, ¡son tan buena gente!, Cuando me aburro me voy con ellos y me cuentan todas sus “pato aventuras”, así es como le llaman a sus historias. ¿Acaso todos serán igual de humildes y generosos?
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